Entonces llegó un motorista
que aparcó su moto y les preguntó que si habían perdido algo. Entonces
respondido Mark que más bien a alguien y que buscaban a un ladrón de joyas que
se llamaba Eduard Stiff. Entonces el motorista respondió que le conocía, que
era su hermano y que le ayudaría a encontrarle. Él dijo que conocía el Cristo
Redentor mejor que nadie.
Mark dijo que podía ayudarles, pero que no sabía como
se llamaba. Les dijo que se llamaba Ikro y que era corredor de motos. Entonces
dijo que le siguiera y que podía estar detrás de un puesto. Pero cuando miraron
solo había una alcantarilla y estaba con la tapa quitada, entonces, se metieron
en la alcantarilla. Allí estaba, se metió al agua de las alcantarillas, como le vamos a coger
ahora, pensaron e Ikro contestó:
“dejadme a mí” y se metió en el agua, le persiguieron nadando en el agua sucia
hasta que le cogió. Entonces lo llevaron a la cárcel y de dieron cuenta de que
las joyas no las tenía él, le preguntaron que donde estaban pero Eduard Stiff se
negaba a decirle a su hermano donde las dejó, pero entonces,…
Por Iker Sánchez Pérez.
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