martes, 5 de noviembre de 2013

LIBRO VIAJERO

CREACIÓN LITERARIA.

Con la intención de comprobar el pequeño escritor que todos llevamos dentro, los chicos de sexto de primaria han iniciado un libro conjunto que va desarrollándose semana a semana, participando todos los alumnos de la clase y mostrando su capacidad narrativa y literaria. 
Al mismo tiempo, se pretende que cada alumno cree un nuevo personaje que se vaya añadiendo a la historia.

LIBRO VIAJERO. TITULO POR DETERMINAR AÚN.

LIBRO VIAJERO

A1: INICIO.

Nuestra historia comienza en una ciudad al norte de Francia. Una bonita ciudad ultra-muros, con grandes acantilados, bellas vistas. Con una gente muy amable y cordial, que hacían de aquel lugar un acogedor pequeño paraíso donde pasar unas vacaciones inolvidables. Incluso si quieres vivir intensamente la vida de los marineros, a la vez que estar conectado con toda la historia de la Normandía franco-inglesa, es el lugar ideal.

Allí llegó procedente de Inglaterra un chico de quince años, se llamaba Jhonny y venía a visitar a sus abuelos paternos durante las Navidades. Llevaba sin ver a sus más ancianos familiares más de tres años, y tenía muchas ganas de verlos. Sus padres debían seguir trabajando, pero cumpliendo una promesa que le habían hecho si aprobaba todas sus asignaturas, le dejaron ir solo a ver a los abuelos.


Sus padres, de familia humilde, como no podían pagarle un billete de avión, le subieron en un barco en Weymouth (una ciudad cercana a donde ellos vivían; al sur de Inglaterra) y le habría de llevar hasta Saint Malo (la ciudad donde vivían sus abuelos, y en la que  solo había estado en una ocasión, hacía ya algo más de tres años). Nada más llegar, saludó a sus queridos abuelos y del cansancio se quedó dormido después de cenar. Su abuelo, un señor muy fuerte que se dedicaba a pescar todas las mañanas, decidió que lo mejor sería dejarlo descansar, y al día siguiente llevarlo con él para poder enseñarle cosas de la ciudad y de su familia.

Al despertarse, se dio cuenta que era una fría mañana, como todas las del invierno en aquella zona del país; Jhonny se despertó sobresaltado. Acababa de tener un sueño que le provocó un sudor frío y molesto, le había trasladado a un lugar maravilloso del que ya le habían hablado varias personas de la ciudad en su anterior visita. Soñó con una pequeña fortificación a las afueras de la ciudad, unas ruinas de un viejo castillo medieval que fue restaurado por un adinerado señor que poca gente podía ver. En su sueño corría una gran aventura en busca de un secreto jamás contado a nadie, y que lejos de ser una leyenda, se  convirtió en algo de lo que todo el mundo del lugar desconfiaba. Algo inquietante y un tanto misterioso que tenía intrigados a todos los habitantes de aquella parte del país.

Tras desayunar, con la excusa de un trabajo para el instituto sobre viejas fortificaciones, pidió a su querido abuelo que por favor lo llevara a ver el “Fuerte de Saint Malo”. El abuelo le explicó que era muy difícil entrar allí porque pertenecía a un viejo chiflado que después de reconstruirlo, no dejaba que nadie lo viera de cerca.

Jhonny, viendo que no podía hacer nada para convencerlo, decidió ir de pesca con él para evitar discusiones el primer día. A cambio, lo invitó a coger pequeños salmones cerca de la vieja fortificación (en un precioso acantilado), y cuando a nuestro joven protagonista le entraron ganas de descansar, dijo a su abuelo:

-      ¡Abuelo! Voy a dar un paso para estirar las piernas. Me gusta respirar el aire del mar al mismo tiempo que contemplo el paisaje. ¡Espero no te importe que te deje un rato solo! ¡Volveré en seguida!

El abuelo, para dejarle libertad le dijo que estuviera de vuelta en media hora para regresar a casa.

Jhonny, movido por sus ganas de aventura, aprovechó el poco tiempo del que disponía para colarse en la fortificación, subir a la torre donde había soñado que se encontraba un viejo desván, con un pergamino que explicaba como sucedió la leyenda que circulaba por la ciudad y sus alrededores.

  



Momento que Jhonny sale de la Fortaleza escondiéndose y pergamino que encuentra en un baúl del desván de la torre.

Consiguió entrar y localizar el pergamino, aunque en realidad parecía una carta escrita en papel amarillo y enrollado con una cinta de terciopelo. Para evitar ser descubierto, escapó lo más rápido que pudo, pero al abandonar el lugar perdió el pasaje del barco que le trajo hasta aquel lugar. En ese documento se reflejaban todos sus datos personales: nombre, apellido, dirección, ciudad de origen y número de pasaporte.

Jhonny volvió con su abuelo, que ya lo esperaba desde hacía rato, y sin dar explicaciones pusieron rumbo a casa a toda prisa. El abuelo caminaba rápido porque les estaban esperando para comer, y el joven para huir de aquel lugar lo más rápido posible.

Fue al llegar la noche, cuando sentados a la luz del fuego de una enorme chimenea que había en el salón de casa, charlaba con su abuela contándole cómo estaban sus padres, y cómo era su vida en el instituto y, de repente:
-      ¡Toc, Toc!
Llamaron a la puerta de una forma muy extraña pues no eran horas de visitas, ni nunca nadie llamaba de aquella forma tan extraña.

Su abuela, la señora Helen McCarthy ordenó a su marido que abriera la puerta:

-      ¡John, por favor, abre la puerta!


John se levantó para abrir mientras Jhonny (asustado), se refugiaba en la cocina porque andaba preocupado buscando el documento que no tenía la certeza de haber perdido en su incursión en la fortaleza, y temió poder ser descubierto.

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